En la segunda parte del sexenio tuvo que concentrarce en la sucesión, que esa vez fue mediante mucha política moderna: en agosto de 1990 en un periodo extraordinario y con un consabido apoyo del PAN, el PRI sometió a cien modificaciones al Cofipe.
Desapareció la "clausula de gobernabilidad" que permitía el control del congreso en el 35% de la votación, se elimino la autocalificacion de los diputados, los senadores aumentaron a cuatro por entidad y el jefe del Distrito Federal siguio siendo designado por el presidente, pero a partir de 1997 este lo seleccionaría del partido mayoritario en la asamblea de representantes .
Pero el gran escándalo ocurrió cuando Salinas le pidió a Genaro Borrego , que, auxiliado por el banquero Roberto Hernandez y Gilberto Borja, de ICA, reunieran a los principales magnates del país en casa de Antonio Ortiz Mena. Todos acudieron sin falta, ya que en unos cuantos años y gracias a Salinas habían trepado al hit parade de mega-millonarios de la revista Forbes. Ahí estaba el tocayo Slim , el Tigra Azcarraga y otros que tenían una fortuna mayor de mil millones de dolares ; les dijo que se hallaban en tiempos electorales y era hora de que se pusieran con su cuerno.
Sin embargo salinas tuvo que echarce para atrás por que el director de El Economista, Luis Enrique Mercado, se entero de todo sin querer y en el acto lo publico en primera plana .Llovieron las quejas de corrupción y contubernio, y se hizo un paralelo con el pago de protección a la mafia o la compra de influencia. De cualquier manera el PRI logro reunir 700 millones de dolares de aportaciones privadas para su campaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario